
Para tener una buena higiene bucal, no sólo basta con cepillar nuestros dientes tres veces al día, también es necesario “cepillar” nuestra lengua.
La lengua está en contacto continuo con bacterias y toxinas que pueden provocar serias patologías bucodentales, emblanquecer nuestra lengua y dar lugar a la aparición de mal aliento.
Si limpiamos la lengua tras el cepillado, con ayuda de cepillos linguales, conseguiremos eliminar la suciedad y reducir las posibilidades de sufrir infecciones en nuestra boca. Con una lengua limpia, además de tener una buena apariencia estética, se potenciará nuestro sentido del gusto y saborearemos mejor los alimentos. Eliminaremos el mal aliento, mejoraremos la digestión y nuestro sistema inmunitario.

¿Cómo limpiar correctamente la lengua?
– Se recomienda a primera hora de la mañana (antes del desayuno) y en el último cepillado del día.
– Es recomendable ayudarse de un cepillo lingual, que se compone de un mango con un cabezal de plástico o goma, para deslizar por la lengua.
– Tras el cepillado de los dientes, proceder a la limpieza de la lengua.
– Sacar bien la lengua y arrastrar el limpiador por los laterales, desde la línea media hacia los extremos.
– Repetir el proceso varias veces, raspando suavemente pero con firmeza.
– Aclarar el limpiador y proceder a limpiar la superficie de la lengua de detrás hacia delante.
– Enjuagar nuestra boca con agua, o algún colutorio sin alcohol.