La halitosis no es sólo un problema de salud bucal sino que también afecta a nuestra forma de relacionarnos con los demás. El mal aliento puede deberse a una mala higiene dental o a posibles patologías tanto de la boca como de otras partes del cuerpo.
El mal olor de nuestro aliento se produce por la descomposición de los restos de alimentos que consumimos que se quedan en nuestras encías, dientes y saliva. Mantener una correcta higiene bucal es algo primordial para poner fin a la halitosis. Durante la noche la producción de saliva disminuye por lo que nuestra boca está más indefensa frente a las bacterias, así que no olvides el cepillado de antes de dormir. La lengua es la gran olvidada a la hora de la higiene dental. Recuerda cepillarla o usar colutorios. Beber mucha agua propicia la generación de la saliva mientras que el ajo, la cebolla, el alcohol o el tabaco propician el mal olor de nuestro aliento.
Si tras todos estos consejos el mal aliento perdura, puede que este se deba a alguna causa patológica o a problemas intestinales o del estómago. Tu dentista tendrá la mejor respuesta para conocer la procedencia de tu mal aliento.