Tras los excesos de las vacaciones puede que hayas decidido ponerte a dieta. Pero debes elegir con especial cuidado la dieta a la que te someterás porque, además de afectar a tu organismo, también puede tener consecuencias en tu salud bucal. Lo más recomendable es acudir a un nutricionista, el cual sabrá recomendarte la dieta que mejor se adapte a tus necesidades.
Una dieta poco equilibrada puede favorecer la aparición de infecciones en las encías como la gingivitis o periodontitis, la formación de caries o la reducción de las propiedades antibacterianas de la saliva.
La falta de vitamina B2 en nuestra dieta, que contienen alimentos como el queso, los cereales, las almendras, las legumbres o el hígado, favorece la aparición de llagas o el agrietamiento de la comisura de los labios.