El flúor es un mineral necesario para el esmalte dentario, que ayuda a fortalecer el esmalte y a reducir el riesgo de caries, pero en cantidades excesivas durante la etapa de formación de los dientes puede llegar a ser perjudicial.
Esta afección se conoce como fluorosis, que es una anomalía en la formación del esmalte por la ingesta de unos niveles de flúor superiores a los que el cuerpo necesita, interfiriendo en el buen funcionamiento de las células que forman el esmalte (odontoblastos) e impidiendo que el esmalte madure normalmente.
La fluorosis se caracterizada por:
– Cambio de color de los dientes: aparición de mancha opacas blancas o amarillas en el esmalte.
– Esmalte poroso: aparición pequeños puntos o grietas en la superficie del diente.
– En estados avanzados, el color del diente se vuelve marrón y hoyos y estrías dando apariencia de corrosión en el esmalte.
Acudir con frecuencia al dentista, es primordial para llevar un control del estado de nuestra salud bucodental y comprobar si los aportes de flúor son los correctos para nuestra boca. Ya que el flúor se encuentra en productos de higiene dental, en el agua y en algunos alimentos como tomates, judías, lentejas, cerezas, patatas, caballa, sardina, hígado de vaca y pescados frescos.
Para tratar la fluorosis la primera opción es recurrir a blanqueamientos dentales profesionales, que habrá que repetir periódicamente. Otra opción son las carillas dentales, o coronas de porcelana o circonio que devuelven de forma permanente el aspecto saludable a la sonrisa del paciente. Infórmate en nuestros Centros Beyourself Citadental sin compromiso.