El miedo al dolor suele ser uno de los motivos más comunes por el cual no acudimos todo lo a menudo que deberíamos al dentista. En la actualidad, existen múltiples métodos de sedación en odontología para reducir todo tipo de molestias del paciente durante la consulta, tanto físicas como psicológicas.
La aplicación de anestesia local es el método de sedación más común en las clínicas dentales. Con esta se evita el dolor de la zona a tratar durante el procedimiento al que el paciente se esté sometiendo. Este tipo de anestesia bloquea los nervios y entumece los tejidos de la boca. La anestesia inyectable se usa en procedimientos como los empastes, endodoncias, colocación de implantes o tratamientos periodontales.
Otros tratamientos odontológicos pueden requerir de métodos de sedación más complejos. Algunos de estos son la inhalación de óxido nitroso, los fármacos o las inyecciones intravenosas.
El odontólogo será el encargado de recomendar la sedación más adecuada para cada tratamiento, siempre informando al paciente previamente y bajo su consentimiento.