En un post anterior avanzamos la importancia de elegir bien qué blanqueamiento dental era el adecuado para cada sonrisa. No todos los pacientes requieren la misma técnica, ni la misma cantidad de concentración de los agentes blanqueadores. Por ello, los resultados conseguidos serán en función del tipo de blanqueamiento y del producto empleado.
4 tipos de blanqueamientos dentales
Clínico: es el más rápido, puesto que en una sola sesión de una hora se logra rebajar, al menos 3 tonos, el color amarillento de la dentadura. Esta técnica es realizada en la clínica dental bajo la supervisión de un odontólogo cualificado. El proceso consiste en proteger las encías, y colocar un gel blanqueador que se activa con una lámpara LED que emite destellos fríos de luz de plasma.
Ambulatorio: Este tratamiento requiere de más constancia por parte del paciente ya que se realiza en casa. El dentista tomará unos moldes al paciente para después realizar unas férulas transparentes hechas a medida. En dichas férulas se aplicará el producto blanqueador durante 30-50 minutos al día durante tres semanas.
Combinado: esta es la técnica más aconsejada por los profesionales de Citadental. Se combina el blanqueamiento clínico y el ambulatorio. En primera instancia se proporciona Luz LED al paciente para penetrar bien en el esmalte y después se continúa con el tratamiento casero. Así se consigue potenciar el resultado y un brillo espectacular.
Interno: Se emplea en dientes que se han oscurecido tras una endodoncia. El agente blanqueador se deposita dentro de la pieza dental, aprovechando que ya está endodonciado.
Si estás pensando en eliminar esas manchas de tu esmalte que te impiden sonreír con naturalidad, en Citadental estaremos encantados de asesorarte sobre qué tipo de tratamiento es el más adecuado para tu caso particular.
Jesica Equísoain