Las llagas o aftas son irritaciones que se producen en el interior de la boca o lengua, los labios, parte interna de las mejillas o incluso en las encías. Generalmente, se tiende a pensar que vienen originadas por una mala higiene bucodental, pero en la mayoría de ocasiones, detrás de esa manifestación se encuentran infecciones virales que se hacen visibles de esta forma como mecanismo de defensa del organismo.
El estrés, la ansiedad o los cambios hormonales, sobre todo en mujeres, suelen estar también entre las causas de su aparición. Por otra parte, algunos tratamientos como la ortodoncia pueden ser propicios a generar roces e irritaciones en la boca que producen mucha molestia.
Las llagas suelen afectar al hablar o masticar y perduran alrededor de 10 a 14 días. Pasado este periodo, suelen desaparecer, incluso si no se acude a ningún tratamiento específico. Si continúan, es necesario acudir a un especialista para descartar enfermedades más graves.
Las úlceras orales no son contagiosas y generalmente suelen tener un aspecto amarillento o rojizo.
Hay varias pautas para evitar que aparezcan:
– Una buena higiene dental con uso de un cepillo blando, interdentales y colutorios. Apoyado de una limpieza cada seis meses en tu dentista de confianza.
– Alimentación rica en hierro y vitamina B12, para evitar una bajada de defensas.
– Acudir al odontólogo si el problema es derivado del roce de la ortodoncia.
Cuando ya te encuentras en el proceso de padecerlas, lo ideal es llevar a cabo ciertos comportamientos para aliviar la irritación como evitar alimentos o bebidas calientes y los cítricos, pero sí es recomendable tomar helados.
Jesica Equísoain