El sangrado de las encías se ha convertido en un gran enemigo de la salud bucodental. El problema principal es que este hecho se ha normalizado entre la sociedad y no se ve como un posible signo de una patología más sería como hipersensibilidad de las encías, gingivitis, periodontitis e incluso más graves como escorbuto, trastornos plaquetarios e incluso leucemia.
Los factores de riesgo que pueden aumentar las posibilidades de sufrir problemas de encías son:
– Fumar y beber alcohol
– Llevar una mala alimentación: bajo nivel de nutrientes en la dieta.
– Bajo nivel de Vitamina K, que interviene en la coagulación de la sangre.
– Cambios hormonales propios del embarazo o la menopausia.
– Sufrir otras enfermedades como diabetes.
– Sistema inmunitario debilitado.
– Estrés o ansiedad
– Dientes apiñados, endodoncias, implantes o prótesis mal colocadas.
– Tomar anticoagulantes.
– El uso de un cepillo de cerdas demasiado duras o el uso incorrecto del hilo dental.
Por último recordar que la encía en su estado normal debe tener una coloración rosada y firme. Si observamos que nos sangran con facilidad, se oscurecen o se hinchan es importante consultar al dentista para que mediante una revisión determine la causa del sangrado y soluciones nuestro problema.