La sonrisa, además de mostrarnos más accesibles a las relaciones sociales y de hacernos parecer más jóvenes, tiene beneficios en nuestra salud.
Al sonreír, se activan los músculos de nuestra cara provocando en nuestro cerebro la liberación de endorfinas. Éstas ayudan a reducir nuestros niveles de estrés y nos hacen sentir mejor. Hasta una sonrisa sin justificación o una falsa también provocan el mismo efecto.
Oxigenar nuestras células es otro de los efectos de la sonrisa en nuestro organismo. Al sonreír se expanden nuestros pulmones, manteniendo el equilibrio interno necesario que necesita nuestro metabolismo.
La sonrisa se contagia y es nuestra mejor tarjeta de presentación. Además, con una sonrisa en la cara verás siempre el lado positivo de las cosas y serás más feliz. ¿Estás dispuesto a practicar la terapia de la sonrisa?