En verano una de las actividades más habituales es acudir a la piscina para refrescarnos ante el excesivo calor. Bañarnos en la piscina tiene numerosos beneficios para nuestro estado de salud general, pero una exposición prolongada al cloro y otros aditivos utilizados en el agua puede ser perjudicial para nuestra boca.
Los productos químicos usados para mantener en buen estado el agua de las piscinas pueden tener efectos corrosivos sobre nuestros dientes, sobre todo si el nivel de pH no está correctamente equilibrado ya que los dientes están expuestos a un nivel de acidez superior al de la saliva.
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