Su nombre real es “cordal o tercer molar” y se encuentran en la parte final del arco dental a ambos lados de los maxilares superior e inferior. Muchas personas se preguntan cuál es su finalidad, y por qué no a todo el mundo le salen.
Nuestros antecesores los homínidos usaban estas piezas dentales para masticar y triturar raíces, carne cruda y otros alimentos duros. Su tamaño era cuatro veces más grande que el tercer molar de los humanos. Debido a un proceso evolutivo y un cambio en la alimentación, se ha reducido el tamaño de la mandíbula del ser humano y con ella el tamaño de sus piezas dentales.
Comienzan a salir a los 17 años de edad y puede alargarse este periodo hasta los 26 años e incluso no llegar a salir por falta de espacio. Hoy día las muelas del juicio tienen una menor utilidad y funcionalidad e incluso algunos expertos aseguran que terminarán por desaparecer.
En Beyourself nuestros especialistas recomiendan que ante la aparición de cualquier síntoma como dolor, caries, falta de espacio, o cualquier otro, acudir al dentista para valorar si es necesaria su extracción.
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